Cosas que tu bebé NO necesita (aunque se vean muy cute)

Cuando se acerca la llegada de un bebé, todas nos emocionamos. Es normal que entre la ternura y la ansiedad queramos pasar el tarjetazo y llevarnos media tienda… pero no siempre es la mejor idea.

En otro post ya te conté lo que sí necesitas realmente para tu bebé, y puede que pienses: "bueno, un lujito de vez en cuando no hace daño". Es el primero, se vale, ¿no?

Créeme, yo también estuve ahí. Compré cada cosita mona que se me cruzó, y aún estoy tratando de salir de ese pozo de deudas donde me metí solita.

Así que si no quieres acompañarme ahí abajo, sigue leyendo.

Empecemos por la recámara del bebé:

Ya hablamos de lo básico: tu bebé necesita un espacio cómodo y seguro para dormir, esté en tu cuarto o en su propia habitación. Pero ojo…

NO NECESITA:

  • Un monitor de bebé, si tu casa se recorre entera en 5 minutos. Si estornuda, lo vas a escuchar desde la cocina.Benditas sean nuestras casitas de infonavit que nos permiten saltar de la cocina a la recámara en un segundo cuando la criatura despierta. 

  • Protectores de cuna o edredones decorativos. Son lindos, sí, pero ya no se recomiendan por riesgo de asfixia.

  • Una mecedora para lactancia (sé honesta… ¿realmente te vas a levantar a sentarte ahí a las 3 a.m. o vas a terminar dándole pecho en la cama?). Por más cómodas (y bonitas)  que sean, van a terminar siendo un perchero más.

  • Calcetines futuristas que miden la frecuencia cardiaca. Lo único que monitorean es tu ansiedad.

  • Cesto de basura exclusivo para pañales. Si sacas la basura seguido, con uno normal es suficiente.

  • Maquinita de ruido blanco. Tu bebé puede dormir con ella y sin ella.

  • Ropa de marca o 100 outfits. Se va a ensuciar, mucho. No compres cosas que te duela manchar.

  • Zapatos. Si no camina, no necesita zapatos. Punto.

¿En qué sí vale la pena invertir?
En un buen colchón o una cuna convertible que lo acompañe por años.

Ahora pasemos al baño y aseo personal:

NO NECESITA:

  • Batas de baño mamá-bebé. Monísimas, pero en la práctica… me roció pipí antes de ponérsela.

  • Mil lociones y jabones. Usa uno suave y ya. No necesita una rutina coreana.

  • Cepillos y peines si todavía no tiene melena.

  • Toallitas húmedas con aromas. Muchas irritan la delicada piel de tu bebé, mejor las simples.

  • Pañales de tela… si no vas a comprometerte de verdad, solo serán un gasto extra.

¿Qué sí podrías considerar?
Una tina elevada que cuide tu espalda. Créeme, las rodillas ya no están para andarse incando por media hora.

Alimentación y cocina:

NO NECESITAS:

  • Diez mamilas iguales… si no las acepta, vas a tener que comprar otras.

  • Chupón. Polémico, lo sé, pero luego es una batalla quitárselo.

  • Calienta biberones. No hay bebé con paciencia para esperar. Toman la leche como viene.

  • Baberos plásticos de todo el día. Dan calor, incomodan. Mejor los de silicón solo para comer.

  • Preparador automático de fórmula… a menos que sea una inversión que realmente te alivie las noches. En mi caso, preferí seguir con lactancia materna (¡y sigo!), pero si das fórmula, puede valer la pena. O puedes mandar a tu pareja con el dosificador.

Misceláneos:

NO NECESITA:

  • Media farmacia. Consulta con tu pediatra antes de gastar en todo el estante.

  • Carriola enorme. Si no cabe en la cajuela o no pasa por pasillos del súper, no es funcional.

  • Nidos o camitas portátiles. ¿De verdad vas a viajar tanto para justificar el gasto?

¿Dónde sí invertir un poco más?

  • Un columpio o mecedora práctica que te dé esos 10 minutos para ir al baño en paz.

  • Un pequeño botiquín con lo básico: termómetro, paracetamol, ibuprofeno y solución salina.

En resumen:

Dar un lujito de vez en cuando está bien, pero no te endeudes por objetos que no harán la diferencia. Dale a tu bebé lo que realmente necesita: amor, brazos, pañales… y una mamá que sepa soltar la culpa y cuidar también de sí misma.

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